Yo: Estoy muy cansado…
Cabeza: Son las 8:45 de la mañana de un domingo, ¿Qué esperas?
Yo: Hace mucho friiiio.
Piernas: Cuando estés corriendo no pensarás en el frío.
Yo: Ya, entraré rápido en calor.
Cabeza: Creo que se refieren a que estarás más preocupado en no morir que en el frío…
Piernas: jeje si.
Yo: ¿Pero por qué dicen eso? Hemos estado entrenando.
Cabeza: Llegas de milagro a los tres kilómetros. Esta carrera es de seis… ¿Qué tienes pensado hacer?
Yo: Ya veré…
Piernas: Seamos sinceros, lo tienes crudo. ¿Nos has visto? Esto no va a salir muy bien jaja será divertido.
Yo: Al menos se lo toman con humor.
Estómago: Lo peor de todo es que no desayunaste bien.
Yo: Tú calla que comimos un montón.
Cabeza: Huevos revueltos, jugo de naranja, tostadas…
Estómago: Si bueno, pero buff eso fue como hace dos horas.
Yo: Hace veinte minutos.
Estómago: No aguanto. Yo aviso que no voy a aguantar.
Y tocaba correr. Correr junto con una multitud de gente muy preparada y lista para ganar. Era la carrera de empresas. Cerraron gran parte de la Castellana solo para nosotros. Todo el mundo venía patrocinando su empresa y una marea de camisetas con números se preparaba en la línea de meta.
Me encuentro con mis compañeros y nos posicionamos para salir. Un hombre realiza una cuenta atrás por el megáfono y empieza la carrera.
Piernas: Pan comido.
Estómago: Creo que si acabas la carrera te dan una barrita de cereales.
Yo: Barrita de cereales, barrita de cereales, barrita…
Cabeza: Para ya.
Yo: Me estoy mentalizando.
Cabeza: No funciona. Céntrate en no chocar con la gente.
Yo: Hay muchísima. Voy a hacer unas fotos.
Piernas: Pan comido.
Cabeza: Es muy raro correr por esta avenida, pero es divertido.
Yo: Si, la verdad no está mal.
Estómago: También te dan bebida.
Yo: Estómago. Basta. Ya comeremos luego.
Piernas: Pan comido.
Cabeza: Oye, échale un ojo a tus piernas… algo no va bien.
Yo: ¿Todo bien ustedes dos?
Piernas: ¡Panfectamente!
Yo: Si… ok…
Cabeza: Les doy 10 minutos más. Luego no te servirán de nada.
Yo: mmm…
Cabeza: Míralas, no saben ni dónde están, se mueven por inercia.
Yo: Bueno, tú eres el que nos guías, mientras funciones el resto no importa. Ponlas en modo automático si hace falta y seguimos.
Cabeza: Como ordenes. Piernas en automático ON.
Estómago: Grwwwrrg
Yo: ¿En serio?
Estómago: ¡Sí! No me haces ningún caso. ¡Pues me quejo!
Yo: No necesito esto ahora.
Estómago: GRWWRRGG!!
Yo: …
Jefa de RRHH: ¿¡Qué pasa Stefano!? ¿¡Todo bien!? ¡A tope! Yo me adelanto un poco, ¿vale?
Yo: ¡Hola! Si, todo panfec… ¡perfectamente! ¡Nos vemos!
Cabeza: Mira como se aleja…
Yo: Ya ves…
Cabeza: Esa chica tiene hijos… Lo sabes, ¿no?
Yo: ¿Te quieres callar?
Cabeza: Que vergüenza das…
Durante el evento me fui topando con compañeros y cada uno a su ritmo siguieron la carrera.
Voz: ¿Pero se puede saber que estás haciendo?
Yo: ¿Qué?
Cabeza: Yo no dije nada.
Voz: Soy tu corazón…
Yo: Dios mío, ¿Te ocurre algo?
Corazón: ¿Tú que crees? Soy hipotenso y tú aquí corriendo como un loco.
Yo: Bueno… pero… en ese caso esto es bueno, ¿no?
Corazón: Claro que no, esto es lo peor que puedes hacerme…
Yo: Pero se supone que correr es bueno para la hipotensión y tal…
Corazón: Soy corazón, no médico. Pero si sé una cosa, esto no te va a gustar.
Yo: ¿El qué? UUuugggfh… ¡que horror, que dolor!
Cabeza: jeje como un cuchillo.
Corazón: ¡Claro! ¿Qué esperabas? ¿Correr maratones de un día a otro?
Yo: Ay de mí, ¿Por qué yo?
Corazón: Así están las cosas.
Yo: Voy a… caminar un rato…
Cabeza: Ánimo campeón que ya estamos llegando a la mitad.
Yo: ¿Y qué queda?
Cabeza: Pues la mitad de seis son tres kilómetros.
Piernas: Pan comido.
Yo: Yo me muero… ¿Por qué la gente hace esto? ¿¡Por qué la gente paga por esto!?
Cabeza: Jeje ya lo sé, hay coches hoy en día.
Tres kilómetros más tarde y andando regulín, me reuní con mis compañeros en la línea de meta.
Yo: Ya estamos… lo conseguimos…
Estómago: ¡Por fin! ¿Dónde están mis barritas de cereales?
Chica aleatoria del personal de la carrera que da malas noticias: Lo siento, no nos quedan barritas. Pero toma una botella de agua.
Yo: Muchas gracias.
Estómago: ¿QUÉE!? ¡Esto es lo peor!
Yo: Deja de quejarte, míralo por el lado positivo, hemos terminado nuestra primera maratón.
Cabeza: Tranquilo, siempre puedes hacer algo de magia y sacarte unos pastelitos.
Estómago: ¿Qué dices?
Cabeza: Tienes que poder hacer magia… por algo la gente te dice siempre “es tó mago”.
Estómago: Yo te mato.
Cabeza: Jaja pero en serio, la verdad estoy muy orgulloso.
Yo: Gracias.
Cabeza: De ti no, de las piernas. Voy a quitar el modo automático.
Piernas: No… podemos… más…
Cabeza: Buen trabajo. Ahora a descansar.
CEO: Bueno chicos, ¡felicidades a todos! Ha sido muy divertido. ¿Nos tomamos algo para celebrar?
Yo: ¿Ves? Al final comes.
Estómago: Mmm…
Desayunando y entre compañeros acabé mi primera carrera. Y así vamos. Cada día superando obstáculos. Enfrentándonos a nuevos retos. Retos que quizás no queramos superar, pero ahí están. Y cada reto superado es una experiencia más que guardamos en nuestra biblioteca personal. Y aunque la vida te ponga problemas, sigue caminando.
Stefano Mazzuka
Deja tu comentario
Debe iniciar sesión para escribir un comentario.